Agricultores orgánicos del Bío Bío solicitan al SAG entregar ubicación de transgénicos
Enviado por Ligio Dom, 21/06/2009 - 01:40
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Debates
Transgénicos
Señor: Jaime Peña c. Director Regional Servicio agrícola y Ganadero Región del Bio Bio
Presente
De nuestra consideración: Como presidente de la Asociación Regional de agricultores orgánicos de la Región del Biobio, constituida por ciudadanos que intentamos velar por la salud de las personas y el medio ambiente, y proteger la biodiversidad, nos dirigimos a Usted, para solicitarle nos informe acerca de la ubicación exacta de los cultivos transgénicos de remolacha, canola, maíz, soya y alfalfa existentes en la región y las medidas de seguridad que resguarden a los vecinos de posible contaminación.
En Chile los cultivos transgénicos sólo se autorizan con fines de exportación. Pero en la revista del Campo del diario El Mercurio del día 15 de junio, leímos con sorpresa y alarma afirmaciones del gerente de IANSA, sr. Julio Irarrázaval: “Hemos hecho pruebas con remolacha transgénica, autorizadas por el SAG, y los rendimientos vistos han sido excepcionales y con costos menores que los actuales, ya que se simplifican las aplicaciones de agroquímicos. Se ve una mejoría evidente”.
En el sitio web del SAG hemos accedido a información sobre los cultivos de este tipo en la temporada 2008-2009. Allí se informa que existe un total de 1,71 hectáreas de cultivos de semillas de remolacha en nuestra región del BioBio, una cifra que es mucho mayor a la de la temporada pasada, que sólo cubría 0,3 hectáreas. Siempre según el SAG, se han autorizado 698 hectáreas de canola (raps), 102 de soya, 9,52 de maíz y 0,8 de alfalfa transgénicos.
En procura de mayor información, nos hemos comunicado con los integrantes chilenos de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en América Latina, RAP-AL (www.rap-al.org), que en Chile está muy alerta sobre el tema de los transgénicos y ha demandado del SAG información más precisa. Los miembros de esta red latinoamericana, en especial los de Argentina, Paraguay y Brasil informan permanentemente a la RAP Chile acerca de los nefastos efectos sociales y ambientales derivados de los cultivos transgénicos, que siempre están asociados a un uso intensivo de herbicidas como el glifosato y de otros plaguicidas. Se ha comprobado un aumento de casos de cáncer y malformaciones congénitas en las zonas de mono cultivo de soya de Argentina, fumigadas intensivamente con glifosato por más de diez años.
María Elena Rozas, Coordinadora Nacional de la Red de Acción en Plaguicidas de Chile (RAP Chile), nos dijo que no tiene la información exacta y por lo mismo recurrieron de amparo contra el SAG, por negarse a informar sobre los lugares precisos donde están ubicados los cultivos. El recurso fue en representación de la Alianza por una Mejor Calidad de Vida, integrada por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA, la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas ANAMURI y la Corporación de Investigación en Agricultura Alternativa, CIAL, El Consejo para la Transparencia, que preside Juan Pablo Olmedo acogió a trámite la solicitud y deberá pronunciarse en los próximos 15 días.
Sin embargo RAP-Chile nos reveló que en los anexos incluidos en la respuesta del SAG, figura un cuadro que ubica los cultivos transgénicos de remolacha en la comuna de Bulnes, sin más datos. SAG también informa en general, que entre los autorizados a desarrollar los semilleros de exportación están el INIA La Platina (no se sabe qué pasa con Quilamapu) y Semillas KWS. Esta última empresa es internacional y en la web se proclama líder en semillas de remolacha “mejoradas genéticamente”.
La petición que hacemos hoy, al director regional del SAG, se basa en el derecho a saber garantizado por ley, además de los principios de relevancia, control, y no discriminación en esta materia de interés público, mencionados en el reglamento de dicha ley.
Hacemos nuestro los fundamentos de la carta al Consejo para la Transparencia, presentado por RAP-Chile que señaló: “Francisco Venegas, director de SAG, desechó nuestro derecho a saber, optando por resguardar los intereses de las empresas dueñas de estos cultivos, que él consideró a priori podían verse afectados. Nos encontramos por tanto en un caso de claro conflicto de intereses entre los derechos de los ciudadanos y las presiones de los exportadores de semilla transgénicas, entre ellos la transnacional Monsanto y sus socios chilenos, cuya producción de semillas se exporta a estas y otras corporaciones. Esta colisión debe ser zanjada a favor de los ciudadanos peticionantes por este organismo encargado de velar por el cumplimiento efectivo de la Ley de Transparencia, impidiendo que el SAG continúe con las prácticas de secretismo que han caracterizado su gestión y evitando que todo siga igual respecto de la información de estos actos administrativos del Estado que tienen consecuencias ambientales, sociales y en la salud de las personas. El SAG no consideró en su respuesta los derechos de las personas afectadas, en especial de los agricultores ubicados en las cercanías de los predios con cultivos transgénicos, ya que sus propias siembras orgánicas o convencionales pueden ser contaminadas por estos cultivos o afectadas por el uso intensivo de plaguicidas asociado a los cultivos transgénicos. Se desconocen las medidas de fiscalización y normas sobre franjas de seguridad aplicadas caso a caso por el SAG. Nuestra preocupación se basa además en que en Brasil y Paraguay los cultivos transgénicos se liberaron al ambiente como parte de una política ilegal de hechos consumados, propiciada por la transnacional Monsanto y amparada en la permisividad de los gobiernos. Es imperativo evitar que ello se repita en Chile debido a la falta de fiscalización e información existentes, que impiden cualquier posibilidad de control ciudadano de posibles prácticas ilegales y/o de la contaminación de los cultivos orgánicos y convencionales. “
Las empresas dueñas de estos cultivos, notificadas por el SAG, se han opuesto a la entrega de estos datos, argumentado razones de seguridad que no fundamentan, y han defendido su derecho al resguardo de supuestos antecedentes científicos no requeridos en esta petición de información, que sólo se refiere a la ubicación exacta de los llamados "eventos" transgénicos autorizados por el SAG.
La información que estamos requiriendo al SAG BioBio es clave para quienes desarrollamos aquí la agricultura orgánica, que consideramos amenazada por la posible contaminación genética de carácter horizontal proveniente de dichos cultivos. Asimismo el alto consumo de herbicidas e insecticidas ligado a los cultivos mencionados, es decir la remolacha, el maíz, la canola, la soya y la alfalfa afecta la biodiversidad, el desarrollo de la agricultura orgánica, de la apicultura y la salud de comunidades vecinas, temporeras (os), pequeños propietarios y consumidores.
SAG ha entregado antecedentes de la temporada 2008-2009, según los cuales en el país hay 30.420,84 hectáreas de cultivos transgénicos, una cantidad casi idéntica a la superficie de cultivos orgánicos, que representa un aumento del 24,3%, con 5.956 hectáreas más que en la temporada anterior. Del total de especies transgénicas informado, 25.465 corresponden a maíz y más de 5.956 a soya. Entre las hortalizas alteradas genéticamente están el tomate, una especie de la que Chile se considera centro de origen; la uva y el zapallo además de la ya citada remolacha.
Recientemente, otra repartición del Estado, la Oficina de Planificación Agrícola ODEPA, ha dado a conocer las cifras de cultivos orgánicos en Chile, que son para la temporada 2007-2008 alrededor de 30.000 hectáreas, una superficie casi idéntica a la que hoy ocupan los transgénicos. Pero la velocidad de expansión de los cultivos transgénicos es muy superior a la de los cultivos agroecológicos, ya que los primeros cuentan con todo el apoyo del aparato del Estado.
Transgénicos en la Unión Europea y Costa Rica Chile está postulando a ser miembro de la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo OCDE, el llamado “club de los países ricos”, cuyos miembros tienen que cumplir, entre otros, con determinados requisitos de transparencia. La resolución que adopte el Consejo para la Transparencia será un antecedente valioso en esta materia. Recientemente el Tribunal Superior de la Unión Europea, la corte de justicia de esa entidad, ha fallado que el público debe tener acceso a la información sobre ubicación de los cultivos transgénicos. El fallo se dio a conocer el 17 de febrero de 2009 y responde a una petición formulada el 2004 por el ciudadano francés Pierre Azelvandre, agricultor de Alsacia.
Y a comienzos de mes, en Costa Rica se promulgó el reglamento de la ley de apoyo a la Agricultura Orgánica. Entre otras disposiciones crea un régimen de responsabilidad sobre el manejo de transgénicos, que incluye medidas para prevenir la contaminación en la actividad agropecuaria orgánica, y registro público, permanente y actualizado de áreas de producción de OGMs que debe actualizase cada vez que se modifique la situación de áreas de producción de esos cultivos.
También habrá un registro minucioso de áreas de producción orgánica certificada y de la producción registrada en transición. Este registro constituirá la guía oficial que se utilizará en el proceso para fundamentar la no autorización de cultivos genéticamente modificados en zonas donde se han establecido cultivos orgánicos.
Apelamos entonces a la Ley de Transparencia para que el director Regional del SAG, Señor Jaime Peña C. entregue la información solicitada y no tenga que esperar que se lo ordene el Consejo para la Transparencia.
Agradeciendo su atención, quedamos a la espera de su atenta respuesta. Le saluda atentamente
Guillermo Riveros Urzúa Pdte. Bio Bio OrgánicoIngeniero Agrónomo Agricultor OrgánicoH. Medic. Y Berries
José RiquelmeSecretario B. B. O.Agricultor OrgánicoHortalizas
Rosa Munita ZTesorera B. B. O.Agricultor Orgánico Berries